martes, 9 de junio de 2015

Las metas

Tu meta es presentar impresentables en las fiestas familiares. Tu meta es salir con putas y creerte un actor porno. Todo eso es tan lejano a mi concepción humilde de amor. Lo siento cariño, te abrigaré en esta tarde invernal: te pondré una bufanda de sueños, que yo sola tejí, y una campera de nubes que la tomé del aire. Te prestaré medias, que no te entrarán y te calzaré polainas de colores. Te besaré la frente y cerraré la puerta. Cerraré la puerta (mil veces abierta, mil veces cerrada) y trataré de rezar para que en tu vida te vaya hermoso. Detrás de la entrada mi lágrima caerá y mi corazón loco deseará verte por el picaporte, pero no lo haré. En su lugar, imaginaré que el viento no te hará daño y que el sol tampoco lo hará. Así pasaré unos días. Hasta que una mañana soleada saldré y ya no estará tu recuerdo. Quizás, otra persona haré pasar. Lo sé de memoria porque siempre pasa.
Cada día es más fácil abrigar a una persona, abrigarla de verdad. Me tocará sonreír y olvidar hasta que esto desaparezca. Quizás habré perdido o habré ganado. Quizás nadie me hable sobre el piano, como vos lo hacías. Quizás nadie me hable de la historia de la música.

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