Diré una verdad: siempre escribo en este blog cuando las cosas me andan mal y/o estoy triste. ¡Basta! ¡Basta! ¡Basta!
Hoy el sol brilla y aunque no sabré muchas cosas, sé que el amor es inocencia. Y sé que, en la vida cotidiana, siempre ocurren pequeños milagros que quizás los pasamos por alto o no le prestamos atención. Nunca escribí sobre esto. Es horrendo no haberlo hecho. Pero creo que nunca escribí sobre cosas que me llenan de felicidad porque, aunque creo que la palabra es importante y que transfiere cualquier barrera ya sea cultural o ideológica, también sé que hay ocasiones donde simplemente no hay palabras que se puedan utilizar.
No escribí esto antes y pienso que hay que vivir dejando que la luz del amor nos ilumine, nos brinde luz. Porque eso es lo que somos. Por ende hay que esperar, amar, disfrutar, jugársela y aunque muchas veces eso es difícil, la vida ni más ni menos.
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